Moja sus labios y te mira la boca

Esto prosiguió de este modo durante siglos, los médicos usaban sus dedos para limpiar los conductos femeninos, hasta el momento en que a inicios del S.XX aparecieron los vibradores que se vendían a los facultativos quienes de ésta manera en pocos minutos terminaban con una labor que les llevaba media hora.

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Estando de pie y con los brazos relajados a lo largo del cuerpo, contrae los músculos del ano y de la vagina y cuenta hasta 5, y después relájalos. Repite el ejercicio, incrementando gradualmente su intensidad, hasta efectuar 10 contracciones.