Usar un lenguaje respetuoso para referirse a los genitales femeninos es uno de los mejores lubricantes para la vagina. Quien aprecia las s íntimas de la mujer, nombrándolas como los órganos edificantes y regeneradores que son, está contribuyendo al bienestar mismo de la mujer.

Los próximos doce vinieron más veloz. Su contestación fue exactamente la misma cada vez y se percató de que el camarero era suficientemente amable como para alternar diferentes áreas de su culo como cada golpe aterrizó. Se detuvo y les dijo a todos que había terminado.

Partamos de que hasta acá va todo bien: hay un contexto agradable donde los dos están receptivos. Aún así, es posible que no tengan temas en común, que su forma de expresarse no les guste (uno al otro, viceversa o ambos recíprocamente).

En síntesis, el sentido común es igual que sumar 2 + 2 = 4. No obstante, hay gente que suma sin meditar y en lugar de resultar 4 le resulta 98.036, o que ni tan siquiera hacen el intento por calcular y prefieren proseguirse sus impulsos o bien las sabias opiniones de terceros.

Una definición del Estatus que nos podría ayudar a salir del paso es: el grado en el que eres reconocido y pedido dentro de una comunidad. Por eso no pueda hablarse del Valor Social de una persona en abstracto, sino solo dentro de una comunidad específica.

Así se crea un circuito cerebral que se robustece con la práctica del hábito. Igual que un surco por donde el agua circula, cuando brota un estímulo, la dopamina escoge el canal más amplio, el más cómodo y simple de recorrer.

Todos los humanos podemos decir mucho con nuestro comportamiento. De ahí que que resulta evidente cuando algo está pasando con la otra persona y más si es una pareja que lleva años de relación, ya que ambos se conocen bien.

Coges un cubito de hielo y lo llevas donde está la chica. A continuación lo rompes contra el suelo: Ahora que hemos roto el hielo creo que es hora de que nos presentemos. O: Bueno, ya hemos roto el hielo. ¿Te llamabas?

Cuando llegó al mostrador del bar con sus 2 amigas y ciertos miembros de la familia, estaba sonriendo de oreja a oreja, sabía que estaba encendida, ambos lo sentimos. La bombardeé con mi lascivia por ella y en una fracción de segundo ella aceptó.

De la misma manera, el sexo acostumbra a ser una frontera que marca un punto de inflexión en la relación. La mayor parte empiezan a sentirse inseguras, frágiles, como si hubieran dado ya lo más esencial que tienen que ofrecer.