
Irrupción de complejos
No cabía duda. Al demostrar demasiado entusiasmo por mi , la chica con la que había intercambiado ciertos besos había perdido el suyo. Había comprobado que no era gay, que no era un reto, que no era bastante difícil, que llevarme a la cama no iba a suponerle esfuerzo alguno.